24 febrero 2006

La ley de la calle (Rumble Fish, Francis Ford Coppola, 1983)




¿Qué ha pasado con los grandes directores americanos que surgieron en la década de los 70? ¿Por qué parecen haberse hundido en películas vacías, sin sentido y totalmente alimenticias (salvo honrosas excepciones, como por ejemplo el cada vez más infravalorado Steven Spielberg o los recuperados Martin Scorsese y Roman Polanski)? 
Podría seguir planteando preguntas sin respuesta durante horas, causadas por la impotencia de ver a clásicos modernos convertirse en completos desconocidos para las nuevas generaciones. Uno de ellos es Francis Ford Coppola, un creador no muy personal (siempre se le dieron muy bien los trabajos de encargo) aunque, de vez en cuando (sobretodo en los años 80), nos sorprendió con alguna joya mucho más propia que su grandilocuente y más conocida obra. La ley de la calle (Rumble Fish) es una de ellas y seguramente también sea la mejor.

Coppola había tenido sendos fracasos comerciales consecutivos, Apocalypse Now (1979) que le dejó prácticamente arruinado y, la infravalorada y muy recomendable, Corazonada (One From the Heart, 1982), cuando decidió enfrascarse en la tarea de adaptar dos novelas en un mismo año de la precoz escritora, S. E. Hinton, un díptico cinematográfico sobre el difícil paso a la edad adulta formado por Rebeldes (The Outsiders, 1983) y la película que ahora mismo nos ocupa.


(...)

Estoy mudando poco a poco las críticas a mi nuevo blog, así que si queréis leer el comentario entero de esta película podéis seguir el siguiente enlace directo:

Sergio Herrada Ruiz

21 febrero 2006

The Absolute End Of The World (La Fin Absolue Du Monde, Hans Backovic, 1971)

A lo largo de la historia del cine, algunas películas han corrido la mala suerte de conocerse como malditas por sus incidentes durante el rodaje, por su nula distribución o incluso por su mala recaudación. Pero ninguna de ellas ha adquirido dicha calificación tan merecidamente como el filme que nos ocupa...

Su aureola comenzó a forjarse hace más de 30 años cuando, en la edición del Festival de Sitges de 1971, la sala donde se exhibía en ese momento comenzó a arder a causa de un fallo en el proyector, provocando heridos de diversa magnitud.
Los espectadores que fueron entrevistados por aquel entonces apenas se ponían de acuerdo sobre lo visionado, aunque todos parecían coincidir en lo bizarro de la cinta, una mezcla no muy heterogénea de violencia extrema con ángeles como telón de fondo.


Si a todo esto le sumamos la peculiar personalidad de su autor la leyenda está hecha.
Hans Backovic estaba considerado mayoritariamente como un terrorista audiovisual, alguien que abusaba de la confianza de la audiencia para llevar a cabo su particular objetivo, la destrucción del elemento cinematográfico. Misteriosamente, después de rodar este largometraje desapareció de la vida pública, no volviendo a rodar de nuevo.


A partir de aquí se hace complicado discernir entre la realidad y la leyenda. Oficialmente, la única copia existente de la película se destruyó en el incendio (de hecho el Festival de Sitges acusó al director de utilizar un material altamente inflamable para rodarla como posible causa del fuego, lo que sirvió para que algunos le acusaran de haberlo hecho a propósito y que, pareció causar a su vez, su fuga de la sociedad) pero eso no fue problema para que muchos admitieran haberla visto años después circulando por diversos festivales underground. Incluso se llegó a decir que la película era real, una especia de snuff movie diabólica que mostraba la tortura de un verdadero ángel a manos de unos niños, gracias a la influencia del mismísimo Belcebú. Como podéis comprobar, rumores para todos los gustos.


En los últimos años su mito ha ido en aumento, diversas sectas satánicas reconocen haber buscado una copia sin éxito, coleccionistas de cine ultramillonarios pagan fortunas a quien les consiga algun fragmento visionable del filme, etc.
¿Qué amante del cine no pagaría (si se lo pudiese permitir) tanto dinero por ver una pieza tan extraña?
¿Quién no querría comprobar por si mismo, si realmente visionarla es contemplar la maldad más absoluta?

En fin, que aquí se encuentra un posible comprador más. Si alguien conoce algun dato fiable, no dudéis en decirlo en algun comentario posterior...



Nos leemos



Sergio Herrada Ruiz

18 febrero 2006

Expediente X (The X-Files, 1993-2002) (3ª Parte)



Todos los fenómenos de masas tienen sus ciclos y Expediente X no fue diferente. La gente comenzó a dejar de seguirla, los guiones empezaron a acusar cierto cansancio y desgaste creativo y por primera vez en su historia, tenían críticas negativas debidas al exceso de autoparodia en los episodios. Estaba claro que la serie necesitaba un cambio de rumbo, y éste vino propiciado por un hecho inesperado que tenía a su actor principal de protagonista...




Si David Duchovny ya había puesto anteriormente algunos problemas (relativos), no fue nada con lo que ocurrió durante el séptimo año en antena de la serie. David denunció a los productores de Expediente X por estafa ya que consideraba que debía cobrar también por las redifusiones del programa por los canales de cable. Además anunció que la próxima sería su última temporada y que ni siquiera participaría en todos los episodios de la octava temporada.

El protagonista de la serie avisaba de su marcha, las audiencias empezaban a decaer y la conspiración era incromprensible para todo aquel que no fuese un fan irreductible de la serie. Así que los guionistas tomaron una decisión, era hora de zanjar las tramas, dar respuestas y cerrar un ciclo.

Mulder estaba en crisis por culpa de los experimentos a los que fué expuesto en Rusia (4ª temporada) y ahora podía leer las mentes de los demás, de hecho, se había convertido en un híbrido. El fumador y Fowley le sacaban del sanatorio y lo investigaban en secreto, entre los planes de él está el apoderarse del genoma de Mulder para así poder sobrevivir también a la colonización extraterrestre. La nave aparecida en la temporada anterior desaparece y, finalmente, Scully (con la ayuda secreta de Diana, lo que le acarrearía su muerte) salvaba a Mulder (que después de una inyección volvía a estar más o menos como siempre).

A mitad del año en curso, se revelaba el mayor enigma de la serie. ¿Qué había pasado con Samantha? Y la respuesta era bastante desoladora, había muerto en una base militar hacía muchos años como consecuencia de los experimentos, ella (y muy posiblemente también Mulder) era hija en realidad del fumador

El final de temporada era de infarto (y uno de los mejores de la serie), Mulder y Scully volvían al pueblo donde transcurría el episodio piloto, alguien se estaba llevando a todos los abducidos que aún estaban vivos y todo parecía indicar que Scully iba a ser la próxima. Pero, para sorpresa de casi todos los espectadores, el que acababa siendo abducido era Mulder.
El fumador, en silla de ruedas debido a una enfermedad terminal, era asesinado por Krycek y Marita Covarrubias al ser arrojado escaleras abajo. Y Scully, recuperándose en un hospital, revelaba a un sorprendido Skinner que estaba embarazada...




Si la séptima temporada fue (y con mucho) la más irregular de toda su historia, con la octava supieron arreglarlo todo fenomenalmente, convenciendo a los más escépticos de que podía haber cuerda para rato (desgraciadamente no fue así) y realizando la temporada más ligada a la mitología de todas las que hubieron. Los guionistas se centraron en dos puntos importantes, por un lado el misterioso embarazo de Scully y por otro, los intentos de ella por encontrar a un abducido Mulder.

Duchovny, como ya se sabía, sólo aparecería en la mitad de los episodios, así que le buscaron un sustituto, el agente John Dogget (Robert Patrick), traumatizado por el asesinato de su hijo. Patrick haría el papel de escéptico (aunque tampoco tanto) para compensar a la ahora completamente creyente Scully.

Aunque éste no fue el único cambio, el agente Alvin Kersh (James Pickens Jr.), superior de Skinner, se volvía personaje recurrente (habían desaparecido casi por completo el resto de personajes ambiguos del programa) y aparecía un nuevo confidente (esta vez de Dogget), Knowle Rohrer (Adam Baldwin), como siempre muy ambiguo, aunque éste resultaba ser al final un supersoldado alienígena.

Respecto al desarrollo de la trama, se descubría que el padre del futuro bebé de Scully era Mulder (no podía ser de otra manera) y que fue mediante el transplante de un óvulo suyo recuperado de cuando su abducción e inseminado artificialmente. Aunque la clínica donde le practicaron la operación formaba parte de la conspiración y le implantaron ADN extraterrestre también (bueno, de hecho Mulder ya era medio híbrido de todas formas) y querían robárselo al nacer.

Por otro lado tenemos a Krycek que quiere impedir por todas las maneras posibles que el bebé nazca ya que al parecer será un problema para la supervivencia de la raza humana. Y además tenemos a un revivido Mulder, celoso de Dogget y dispuesto a destruir la conspiración para siempre y proteger a la embarazada Scully.

El año terminaba con la muerte de Krycek a manos de Skinner y el parto (lleno de complicaciones) de Scully perdida en medio de ninguna parte y ayudada por la agente Mónica Reyes (Annabeth Gish), una amiga de Dogget y futura compañera suya en los Expedientes X. El bebé que se llamará William en honor al padre de Fox, nace sano y parece que por fin Mulder y Scully podrán ser felices... hasta la última temporada.




La última temporada fue un regreso a los orígenes sólo que con Dogget y Reyes de protagonistas en lugar de Mulder y Scully, el problema estuvo en que los fans más cerrados de la serie se negaron a aceptar el cambio, incapaces de reconocer que sin Mulder el programa podía continuar. La novena no fue una mala temporada pero la gente no quiso seguir las peripecias de estos dos nuevos agentes.

Ahora Scully había dejado los expedientes X, trabajaba como forense, cumplía con sus funciones de madre de William (también Gillian Anderson pidió reducir su tiempo en pantalla en esta temporada, con vistas de su próxima marcha de la serie) y haciendo de asesora de Dogget y Reyes en sus casos. Fox ha desaparecido dejando sólo una nota y ninguna explicación convincente, cosa que complica más (si cabe) su vida.

Al reparto recurrente se sumaba otro superior del FBI más, Brad Follmer (Cary Elwes), que además había sido amante de Mónica.

Toda la trama anual gira alrededor de los supersoldados, de los poderes que parece tener el bebé y de sus sucesivos intentos de secuestro/asesinato.

Scully daba finalmente a William en adopción, incapaz de protegerle, morían Los pistoleros solitarios (además zanjaba la trama de la única temporada que tuvo su serie propia) al salvar el mundo y se descubría el único punto débil de los supersoldados.

La serie acaba con un largo juicio contra un reaparecido Fox Mulder, acusado de asesinato (otra sucia trampa más de los conspiradores), que debe demostrar la existencia de los extraterrestres ante un jurado o será condenado a muerte. Durante el doble episodio final van apareciendo todos los personajes importantes del programa (la gran mayoría como fantasmas que hablan con Fox, hasta Jeffery Spender que parecía que había muerto en la 6ª temporada vuelve con el rostro completamente desfigurado), aunque el veredicto está claro antes de comenzar, Mulder será ejecutado.

En un giro final, Scully, Skinner, Reyes, Dogget y un sorprendente Kersh liberan a Mulder y le dan un coche para que huya junto a Scully, no sin antes hacer un parón en las montañas donde se oculta desde hace 2 años el fumador (no, no estaba muerto realmente). Él, antes de morir en una explosión, le revela la fecha final, el día que la invasión extraterreste se llevará a cabo, el 22 de diciembre del 2012. Por otro lado, Mónica y John consiguen destruir al, hasta entonces, invencible Rohrer, y la serie acaba con una frase de Mulder a Scully, abrazados en la cama de una habitación de hotel y después de besarla... "Maybe there is a hope" (quizás haya una esperanza) que deja una puerta abierta para futuras películas (el eterno rumor de una segunda película, alejada de la trama conspiratoria y con todos sus protagonistas ha vuelto a tomar fuerza en los últimos meses) y cierra nueve años ininterrumpidos de una de las mejores series que ha dado USA en toda su historia...





Sergio Herrada Ruiz


Nos leemos

17 febrero 2006

Los tres entierros de Melquiades Estrada (The Three Burials of Melquiades Estrada, Tommy Lee Jones, 2005)



En los últimos tiempos, viene siendo muy habitual ver a conocidos actores y actrices dar el paso a la dirección. Gente como Jodie Foster, John Turturro, Tim Robbins, George Clooney (éste mucho más interesante detrás de las cámaras que delante de ellas) o Clint Eastwood han sabido ir alternando ambas facetas y acaparando, además, premios y atenciones por sus excelentes labores como realizadores y creadores de verdadero cine.
La propuesta de Tommy Lee Jones es la última de esta nueva hornada en llegar a nuestras pantallas y, si tenemos en cuenta que viene de uno de los más grandes y camaleónicos actores de carácter (a pesar de no haber asimilado bien su fama post-Óscar por El Fugitivo que prácticamente le ha llevado de un trabajo alimenticio a otro) que tiene el cine norteamericano actual, que está escrita por Guillermo Arriaga (el otrora conocido autor de los libretos de las también excelentes Amores perros y 21 gramos) y que está avalada por sendos premios en el último Festival de Cannes (mejor actor para Lee Jones y mejor guión para Arriaga) lo mínimo que se puede decir de dicha propuesta es que resultará interesante. Por suerte, calificarla de esa manera es quedarse corto...




Los tres entierros de Melquiades Estrada es un western crepuscular, un drama fronterizo muy arriesgado para los tiempos que corren y que nos habla, como en los grandes westerns clásicos, de la amistad (masculina), de la venganza, de la culpa, de la redención, del hogar y, en definitiva, de los grandes temas de siempre.

La historia de Pete Perkins (inmenso Tommy Lee Jones), obsesionado primero en hacer justicia por el asesinato de su amigo, Melquiades Estrada (Julio Cedillo) ante la pasividad de la policía únicamente por que era un inmigrante y después en cumplir su última voluntad (ser enterrado en su pueblo natal) haciéndose acompañar por su arrepentido asesino, Mike Norton (Barry Pepper), es un viaje iniciático, una especie de Road Movie a caballo, que les llevará a descubrir que la vida se vive igual a ambos lados de la frontera.




La estructura del filme recuerda a los dos anteriores trabajos de su guionista por la fragmentación de la historia en sucesivos flashbacks que nos muestran la vida de Melquiades antes de su muerte, intercalados a la investigación de Pete y a su propio asesinato aunque, en este caso, sólo ocurre en la primera mitad del relato.
Una vez Pete, Mike y el cadáver de Estrada parten hacia México, la historia se vuelve línial y curiosamente, más compleja. El relato se deja embargar por un peculiar humor negro (todo lo relacionado con el cadáver de Melquiades y su progresiva descomposición) y por la aridez, tanto paisajística como emocional.

El camino hacia la redención es un largo trayecto lleno de pecadores perdidos, incapaces de hayar consuelo alguno y donde sólo se puede alcanzar la paz mediante la ayuda de los demás, el completo arrepentimiento y el perdón. Un doloroso recorrido por donde Mike se verá obligado a caminar sin conocer previamente el final.




Tommy Lee Jones ha logrado lo más difícil, convencer con su ópera prima y alcanzando momentos sublimes y de extrema belleza. Una obra cargada de grandes interpretaciones y con un final terriblemente emotivo y perdurable, cuyo autor, antes actor notable, se ha convertido en un DIRECTOR (así, en mayúsculas) a tener muy en cuenta.

Cuidado Eastwood, te acaba de salir un duro competidor...








Sergio Herrada Ruiz

Nos leemos

15 febrero 2006

Expediente X (The X-Files, 1993-2002) (2ª Parte)



Durante sus tres primeros años de exhibición, Expediente X no hizo otra cosa que ganar adeptos por todo el mundo, convirtiéndose en uno de los buques insignia del canal Fox.
Chris Carter estrenaba nueva serie (la mucho más oscura y deprimente, Millenium) con unos altos índices de audiencia y se planteaba, como una forma de afianzar y enganchar más a los espectadores, complicar más las tramas conspiratorias y añadirles un mayor dramatismo en ésta, su cuarta temporada. Para ello, optaron por ir dándole un mayor protagonismo al personaje de Scully y al tema de su abducción.

Gillian Anderson ya había dado muestras suficientes de su excelente calidad como actriz (al contrario que David Duchovny que a pesar de su gran carisma era un actor mucho más limitado) y no tuvo ningun problema para afrontar el nuevo cariz que tomaría la siempre escéptica Scully en su cuarto año en pantalla, algo que la convertiría, con el paso del tiempo, en el verdadero motor de la serie y en el personaje que más evolucionó en el transcurso de ésta.




En esta nueva temporada se unieron al reparto varios actores. Quizás el más importante (en referencia al argumento) fue el personaje de Marita Covarrubias (Laurie Holden) una mujer que trabajaba para el gobierno y ayudaba a Mulder aunque, como siempre, jugaba a varias bandas.
La conspiración, esta vez, nos llevaba hasta Rusia, donde Mulder era capturado junto a Kricek y descubrían los experimentos con "aceite negro" que se desarrollaban ahí. También entraban en juego unas misteriosas abejas que se criaban para esparcir algun tipo de virus y Scully vivía un nuevo drama personal (después de la muerte de su padre, de su abducción, del asesinato de su hermana, de enterarse que debido a los experimentos que le hicieron se había quedado estéril), tenía un cáncer terminal.

La temporada terminaba con un largo flashback después de la aparente muerte de Mulder (en realidad todo un truco para intentar encontrar una cura a la enfermedad de Scully) y con el asesinato de X, el informador de Mulder.




Dos hechos importantes marcaron la quinta temporada, por un lado el largometraje basado en la serie de televisión que hizo que ésta fuera la temporada más corta de toda su andadura y por otro, la boda de David Duchovny con Téa Leoni.
Durante todo el año, David estuvo poniendo impedimentos a seguir trabajando en Vancouver, ya que eso le suponía estar alejado de su esposa, hasta que forzó el traslado del rodaje de la serie a Los Ángeles, aunque eso sería el siguiente año.

En el plano argumental, Scully seguía recibiendo por todas partes. Primero, Mulder consigue una vacuna para su enfermedad (tan simple como volver a ponerse el implante que se quitó) y más tarde descubre que han estado fertilizando los óvulos que le extirparon durante su abducción para conseguir híbridos humano/extraterrestres. Llega a conocer a una pequeña "hija" suya pero finalmente muere.
Por otro lado, se desvela una próxima colonización extraterrestre a la Tierra (que se haría mediante el "aceite negro") y también unos experimentos (en los que participaba el padre de Mulder) para encontrar un híbrido perfecto que fuese inmune a los efectos de la substancia negra.
Un nuevo personaje importante hacía acto de presencia, Jeffery Spender(Chris Owens), agente del FBI e hijo del fumador que acabará quitándole el puesto a Fox.
Para acabar el año, un misterioso niño con poderes telepáticos ponía en jaque a todo el mundo, los expedientes X eran destruídos en un incendio y aparecía la agente Diana Fowley (Mimi Rogers), ex-amante de Mulder.




El largometraje llegó ese mismo verano con el título de "Expedient X: Enfréntate al futuro" y se anunciaba que se desvelarían en el mismo, gran parte de los enigmas de la serie (cosa que no fue cierta).
El argumento continúa donde lo dejó el programa. Mulder y Scully han sido reasignados a otros puestos después del cierre de los Expedientes X aunque una bomba les vuelve a poner sobre aviso de que algo está sucediendo.

A pesar de su buena factura técnica, el filme, dirigido por Rob Bowman (uno de los directores oficiales de la serie), poco avanzaba en la trama. Únicamente se revelaba que las abejas que estaban entrenando serían las que esparcirían el virus del "cáncer negro" sobre la humanidad (y como no, una acababa picando a Scully que volvía a estar en peligro de muerte hasta que era salvada, en la Antártida, por Mulder).

Muchas localizaciones, buenos efectos especiales y poco más, es como un episodio triple pero con mayor presupuesto.




La sexta temporada trajo cambios al concepto de la serie. Por un lado, la audiencia empezaba a decaer al centrarse cada vez más en la ya bastante complicada trama alienígena, por lo que se tuvo que empezar a dar respuestas a algunos temas. Y por otro lado, la nueva localización del programa en Los Ángeles que pareció oxigenar Expediente X, dándole un poco más de luz, más gore y un muy especial sentido del humor al argumento. Debido quizás a todo esto, este fue el mejor año para mi de The X-Files.

Gran parte de la culpa de mi ensalzamiento de esta temporada la tiene un episodio, Triángulo, alejado de la trama conspiratoria (de hecho transcurre en el triángulo de Las Bermudas, donde Mulder vive una especie de realidad paralela en un barco en la 2ª Guerra Mundial) y que está construído (en parte) con largos planos secuencias, todo un prodigio de realización (a cargo del propio creador de la serie, Chris Carter) y de estructura.

Y referente a la mitología de la serie, los expedientes X son reabiertos, el fumador mata a su propio hijo, Jeffery Spender y se descubre que la abducción de Samantha no fue tal, aunque llegados a este punto, quizás sea mejor que resuma un poco como estaba la trama.
La Tierra iba a ser colonizada por extraterrestres mediante el "cáncer negro", un grupo de poderosos hombres se aliaron con los extraterrestres (entre ellos el fumador y el padre de Mulder) y pactaron que sus familias no sufrirían daño, para ello les entregaron a un familiar (como por ejemplo, Samantha Mulder) con los que experimentar hasta lograr el híbrido perfecto y a cambio ellos les cedieron un embrión alienígena. Pero a espaldas de los alienígenas, se trabajaba en secreto para conseguir una vacuna contra el virus.
Los colonizadores consiguen el híbrido perfecto: Cassandra Spender (Veronica Cartwright), ex-mujer del fumador y madre de Jeffery, por lo que la invasión es inminente, pero aparecen un grupo de alienígenas rebeldes (con todos sus orificios cosidos para ser inmunes al "aceite negro") que matan a todos los miembros de la conspiración (incluída Cassandra) excepto el fumador y Diana Fowley (sí, la ex-amante de Mulder también es mala) que se salvan in extremis, por lo que todo se convierte en una incógnita.

El año acababa con Mulder encerrado en un psiquátrico, loco por un exceso de información y con el descubrimiento de una nave enterrada y de un misterioso objeto de origen extraterrestre, de miles de años de antigüedad y escrito en un idioma desconocido que contiene partes de la Biblia, el Corán y demás libros religiosos.




¿Será nuestra cultura de origen extraterrestre?


CONTINUARÁ


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Sergio Herrada Ruiz

13 febrero 2006

RECONSTRUCTION (Christoffer Boe, 2003)



Uno de los problemas que tiene el cine romántico actual es su incapacidad para sorprender o mostrar una historia de amor de manera realista sin dejarse llevar por tópicos ni por caminos trillados. Y es ahí donde radica uno de los mayores aciertos (y son muchos) con los que cuenta esta pequeña y casi desconocida joya del cine moderno (y aunque inscribirla dentro de dicho género sea quizás un error), pero no nos avancemos, cuando se habla de un enamoramiento es mejor empezar por el principio...




Alex (Nicolaj Lie Kaas) y Aimee (Marie Bonnevie) todavía no se conocen pero están destinados a enamorarse. Ambos tienen pareja, Aimee está casada con un escritor maduro, August (Krister Henriksson, haciendo funciones también de narrador de la película), incapaz de satisfacerla ni de mostrarle su amor y Alex sale con Simone (otra vez Marie Bonnevie), cuya relación tampoco pasa por su mejor momento, más por culpa de Alex que por Simone.
Una noche, se encuentran en una estación de metro y surge la magia. Alex sigue a Aimee hasta un bar donde flirtean y acaban pasando la noche juntos, a partir de ahí todo será difente para los dos. El flechazo ha sido instantáneo y ambos son conscientes de ello, por lo que deciden quedar de nuevo y no dejar pasar esta nueva oportunidad que la vida les depara. Pero antes, Alex deberá hacer frente a sus propios miedos...




Pocas películas ilustran tan bien lo que significa enamorarse, como este hecho cambia nuestra vida diaria, nuestra manera de relacionarnos para con los demás y como nos cambia por dentro. Alex, al igual que el personaje de August, es un artista (en este caso, fotógrafo) con graves problemas de relación cuando se trata del amor. Si August es incapaz de mostrar sus sentimientos a los demás, Alex sufre un miedo atroz al enamoramiento y al compromiso en si mismo, es por eso que para él, el hecho de enamorarse de Aimee, resulte tan traumático (en contraposición a la de ella, mucho más resuelta y decidida ante el cambio). Cuando Alex regresa a su casa después de haber pasado toda la noche en el hotel, todo su mundo físico ha cambiado (posiblemente como respuesta al cambio interior que el teme reconocer). Su casa ha desaparecido, sus cuñados no le reconocen, de hecho ni siquiera su propia novia lo hace. En su nuevo mundo, la única persona que le recuerda es Aimee (de la misma manera que cuando te enamoras, focalizamos toda nuestra atención en la persona amada y todo parece girar alrededor de ella).
Aún así, Alex es incapaz de lanzarse ante el amor, tiene miedo, duda y, como resultado de todo esto, Aimee también desaparece. Alex quedará (para siempre) perdido y solo en un mundo en el que nadie le recuerda.




La película cuenta con una interesante estructura dramática que además de realzar su argumento, le da una nueva lectura.
Por un lado tenemos a dos parejas que son un espejo la una de la otra (artista con problemas afectivos él, amante entregada ella) que parecen buscar volver a empezar de nuevo su relación pero, ante la incapacidad de hacerlo con su pareja, lo hacen con alguien similar (el hecho de que ambos personajes femeninos estén interpretados por la misma actriz apoya dicha teoría), de tal manera que acabará igualmente mal.
Pero lo que realmente cambia la visión de la película es el hecho de que toda ella esté narrada por August que, recordemos, es escritor. Absolutamente todo el filme está explicado desde su punto de vista. Es más, parece formar parte del argumento de la novela que está escribiendo (al inicio de la obra ya nos dejan claro que aunque duela, estamos visionando una ficción), quizás producido por su sentimiento de culpa por ser un mal marido y ante las sospechas de infidelidad que tiene de su mujer.
Es por ello que ambas relaciones se asemejan (con los mismo fallos conductuales además), una es la pareja real y la otra, la literaria. Por eso August no le permite al final a Alex ser feliz con Aimee, porque (por mucho que él sea inacapaz de verbalizarlo) la ama y no tolera que, en la ficción, ella se vaya con su amante, al que castiga con la soledad más absoluta y eterna.




En definitiva, una de las propuestas más interesantes y atractivas que ha dado el cine danés en mucho tiempo y que convirtió a Christoffer Boe en alguien a tener muy en cuenta (cosa que confirmó con su siguiente propuesta, Allegro).


Sergio Herrada Ruiz


Nos leemos

12 febrero 2006

Expediente X (The X-Files, 1993-2002) (1ª Parte)




Eran principios de los 90 y aún perduraba en el imaginario colectivo las imágenes de esa gran serie surgida de la mente de unos de los mayores creadores de los últimos 30 años, Twin Peaks. Cuando inesperadamente, un modesto programa rodado íntegramente en Vancouver, con actores desconocidos e ideada por un surfero californiano (Chris Carter) empezó a estar en la boca de todos los estadounidenses, dando lugar al mayor fenómeno de culto que tuvo una serie de televisión en esa década. Su nombre, The X-Files.






La historia giraba alrededor de una pareja de agentes del FBI, el friki y simpático Fox Mulder (David Duchovny) y la científica e inteligente Dana Scully (Gillian Anderson), en su lucha por resolver los expedientes X del título (y sacarlos a la luz pública) que no eran otra cosa que casos sin resolver por el FBI (siempre con alguna vertiente paranormal) y que, a pesar de todo, al final de cada episodio eran incapaces de demostrar a sus superiores que dichos elementos paranormales existieran.
Este duo protagonista, mucho más carismático que atractivo (al menos de entrada porque Anderson fue ganando, y mucho, con los años) , eran una especie de visión moderna de Don Quijote y Sancho Panza. Probar la existencia de vida extraterrestre (y su conspiración por invadir la Tierra) eran los molinos de viento contra los que Mulder (traumatizado por la abducción de su hermana Samantha cuando ambos eran unos críos) se empeñaba en enfrentarse, una y otra vez, y contra los que siempre acababa abatido, aunque su fiel escudera Scully siempre estaba ahí para ayudarle a levantarse de nuevo.







La primera temporada sentó las bases de lo que vendría después, episodios más terroríficos mezclados habilmente con otros basados en la ciencia ficción, apoyados, todos ellos, por unos más que eficientes y muy vistosos efectos especiales, todo un prodigio de la imaginación debido, sobretodo, a su ajustado presupuesto. Se dejaba bien claro la indefensión de Mulder y Scully frente al resto (son sólo unos tristes peones jugando un juego que se les queda demasiado grande), que están completamente solos y que no pueden confiar en nadie más que en ellos mismos (sus superiores parecen callar más de la cuenta, el confidente de Fox, Garganta Profunda (Jerry Hardin), les explica lo que le conviene y no se sabe a ciencia cierta a que bando pertenece y además, está el enigmático fumador (William B. Davis) que se dedica a destruir pruebas y a borrar el rastro que ambos persiguen). A pesar de todo, Carter reconoció que por aquel entonces ignoraba por completo lo que tenía entre manos, de hecho, lo que más tarde se conocería como la mitología (el esqueleto argumental de la producción, la conspiración extraterrestre) de la serie apenas es vislumbrada. Únicamente algunos detalles sobre la abducción de Samantha y el cliffhanger final, con la muerte de Garganta Profunda y el robo de un feto, al parecer, extraterrestre, dan algunos indicios de hacia donde se dirigiría la trama.







Con la segunda temporada todo se aceleró. Los fans se sumaban a ambos lados del atlántico (televisiones de todo el mundo, incluyendo Telecinco, emitían la primera temporada con grandes datos de audiencia) , el merchandising se vendía como rosquillas y Chris Carter se topó con el primer gran problema de la serie (y que afectaría para siempre a su argumento), el embarazo de Gillian Anderson.
En 1994, Gillian se había casado con Clyde Kotz, miembro del equipo técnico de Expediente X y se había quedado embarazada, después de una larga reunión se decidió que no se podía prescindir de su personaje, así que optaron por intentar ocultar su estado de gestación vistiéndola con gabardinas cada vez más anchas, aunque cada vez se volvió más complicado hacerlo.
Anderson trabajó hasta prácticamente el momento del parto y para justificar su desaparición durante un par de semanas se tomó una importante decisión que se convertiría en uno de los momentos álgidos de la temporada, la abducción de Scully. Dos episodios más tarde, Dana regresaba en estado de coma (cosa que la actriz aprovechó para pasarse la mitad del rodaje durmiendo) hasta que por fin despertaba. Este acto, en principio anecdótico, marcó el desarrollo de los protagonistas y el de varios secundarios más, ahora estaba claro que los dos agentes eran algo más que simples compañeros de trabajo y que quizás podían confiar en alguien más, su superior Walter Skinner (Mitch Pileggi). También sirvió para presentar a un nuevo personaje, Alex Krycek (Nicholas Lea) que acompañaba a Mulder durante la desaparición de Scully y que se convirtió en el segundo malo oficial de la serie (detrás de "El fumador"), un hombre sin escrúpulos que se vendía al mejor postor y que no le importaba a quien tuviese que matar para lograr sus objetivos.

La calidad y el interés que despertaba la serie seguía en aumento, Fox tenía un nuevo confidente conocido simplemente como X (Steven Williams), todavía más enigmático (y peligroso) que el anterior, la trama se complicaba por momentos (aún así, los episodios mitológicos seguían siendo minoría) y el "Trust No One" que pronunciaba Garganta Profunda antes de morir el año anterior se convertía en profético en un cliffhanger final aún más vertiginoso que el pasado, el padre de Mulder reconocía haber tenido algo que ver en la desaparición de su hija y de participar en la conspiración alienígena, justo antes de ser asesinado por Krycek. La hermana de Scully también moría al ser confundida con Dana y el propio Duchovny parecía morir en el interior de un vagón de tren perdido en el desierto y que contenía cadáveres alienígenas. La X-Manía no había hecho nada más que comenzar.





Durante la siguiente temporada siguieron sumándose fans, los premios seguían llegando y el presupuesto global de la serie aumentando. Gillian Anderson se había divorciado y no paraban de escucharse rumores de que tanto ella como David Duchovny no se soportaban.

La conspiración siguió enredándose todavía más con la aparición del "aceite negro", una substancia de origen extraterrestre que se introducía en las personas y las dominaba por completo. Un nuevo malo recurrente, un cazador alienígena y poliforme (Brian Thompson) hacía su aparición, Scully iba recordando poco a poco asuntos relacionados con su abducción (un implante metálico de origen desconocido en la nariz que finalmente se extraía) mientras conocía a otras abducidas y ya se convertía en habitual el recurrir a los Pistoleros Solitarios, Byers (Bruce Harwood), Langly (Dean haglund) y Frohike (Tom Braidwood), como contrapunto cómico a la serie y para ayudar a Mulder en los momentos más imprevistos. La temporada acababa con un misterioso alienígena, también poliforme, con la capacidad de sanar que intenta ayudar a Fox y con la madre del agente gravemente enferma en el hospital, lo que revela su relación con "El fumador" y el descubrimiento de que ella tampoco era tan inocente como parecía...


CONTINUARÁ



Sergio Herrada Ruiz

Nos leemos

11 febrero 2006

Depeche Mode (Palau Sant Jordi, BCN, 10/02/06)




Lo sé, lo sé. Sólo iba a hablar de series de televisión y de películas, pero... ¡Es que son muy grandes!

Genial el concierto del viernes en el Sant Jordi con un lleno total (más de 18.000 personas vibrando y coreando todas las canciones y con las entradas del día siguiente también agotadas) y más de 2 horas (poco más si soy sincero) de música que repasó sus ya 25 años (coño, como yo) de carrera, una carrera con altibajos (sobretodo en los 90) pero de indudables éxitos y llena de hits.


Faltaron canciones pero es que necesitaban el doble de tiempo para que no se dejasen ninguna. Un concierto irrepetible (suena extraño cuando sabes que al día siguiente hace otro y en el mismo sitio) y con escenas difíciles de olvidar (ese Palau lleno hasta los topes totalmente entregado y haciendo todo lo que pedía la banda).


En fin, que de crítica musical no tengo ni idea y que este blog no lo empecé para esto, pero es que aún me dura el subidón (y el cansancio también, pero eso es otra historia)...





Nos leemos


PD: Valió la pena la espera (la 1ª vez que compro unas entradas con 8 meses de antelación)!!!

10 febrero 2006

STRINGS (Anders Ronnow Klarlund, 2004)



Corría el Festival de Sitges 2004 y una desconocida película de marionetas danesa dejaba a todos boquiabiertos y se llevaba sin hacer ruído el premio Ciudadano Kane al director revelación y una mención especial del jurado por su originalidad y valentía. Han tenido que pasar casi 6 años para que el excelente filme de Anders Ronnow Klarlund se estrene en nuestro país aunque lo haga en un estreno directo a DVD.


La historia (claramente influenciada por los dramas de Shakespeare) nos presenta al joven príncipe Hal, decidido a vengar el asesinato de su padre en manos del jefe de una tribu enemiga (en realidad todo es una trampa urdida por su infame tío que aspira al trono y que confabula para que Hal muera traicionado por su fiel ayudante, camino a una guerra sin sentido), aunque esto es sólo el punto de partida inicial. Rápidamente (y tras un giro del guión) se descubre su complejidad argumental, un entramado de personajes bien definidos (todos y cada uno con unas motivaciones diferenciadas muy claras) que luchan (o son obligados a luchar) por lo que creen y que tendrán un final coherente con el desarrollo tanto del relato como de sus protagonistas.


(...)


Estoy mudando poco a poco las críticas a mi nuevo blog, así que si queréis leer el comentario entero de esta película podéis seguir el siguiente enlace directo:


Strings (Anders Ronnow Klarlund, 2004)


Gracias y perdonad las molestias.


Sergio Herrada Ruiz

Bienaventurados los narizotas



Asumo el riesgo de quedar excesivamente friki desde mi primer post por poner una cita de los Monty Python y una imagen de Expediente X para abrir este blog pero por coherencia personal no podía ser de otra manera.

¿Qué se podrá leer aquí? Pues un poco lo que ya explico en la descripción, mis comentarios (espero que mínimamente interesantes) sobre series de TV (principalmente americanas) y películas de cualquier procedencia y género, porque en esto del cine, cuantas menos barreras nos pongamos mejor.

Un abrazo y ya nos iremos leyendo por aquí.