01 marzo 2006

Michel Gondry: El eterno resplandor de una mente inmaculada.



Existe cierta tendencia (que yo también sigo) a adjudicar el adjetivo videoclipero a toda película de planos excesivamente cortos o de ritmo frenético y siempre de manera negativa.
El porqué seguimos haciéndolo después de que haya quedado demostrado que el mundo del videoclip y en gran diferencia con la mayor parte del mundo del cine, es un lugar en constante evolución, arriesgado y cuna de grandes artistas (hablo del verdadero, no el del pachangueo, el del reggaeton o el de los triunfitos y sucedáneos), es un completo misterio.

Aún se entiende menos todavía cuando tenemos en cuenta que de los últimos directores interesantes que nos han llegado desde USA (o provenientes de su cine aunque no nacidos allí), la gran mayoría vienen de dicho mercado. Gente como Spike Jonze (Being John Malkovich y Adaptation), Jonathan Glazer (Sexy Beast y la infravalorada Birth) o David Fincher (Alien3, Se7en, The Game, Fight Club, Panic Room y la inminente Zodiac) comenzaron (algunos aún lo hacen) su andadura como directores convirtiendo en imágenes la música de Björk, Madonna, Aerosmith, Radiohead, Massive Attack, REM, Beasty Boys y muchos otros más. Michel Gondry no se quedó atrás.




Gondry nace en Versalles en 1963 en el seno de una familia de artistas. Pronto se le despiertan las inquietudes artísticas e ingresa en la escuela de arte de la que saldrá pocos años después para formar parte, como batería, del grupo Oui Oui donde también realizará los videoclips de la banda, iniciando así su carrera como director.
En estos primeros trabajos, el futuro realizador de The Science of Sleep, comienza ya a experimentar con los lenguajes audiovisuales (además de con la animación).
De ahí, a que Björk lo descubriese y le pidiera que realizara su primer videoclip fue un paso (bueno, en realidad fueron 6 años, durante los cuales el grupo musical de Michel Gondry se disolvió). A partir de entonces, no deja de trabajar, se suceden los trabajos para gente como Lenny Kravitz, Sinéad O'Connor, Daft Punk, Beck, The Chemical Brothers, The White Stripes, The Rolling Stones, Radiohead, etc. Resultando todos un prodigio de imaginación y buen hacer detrás de las cámaras.

Aparte de sus vídeos musicales, Gondry también destaca en el campo de la publicidad donde todavía ostenta el Record Guiness al spot más premiado de la historia por su anuncio para Levi's, donde un joven compra condones al que luego resultará que es el padre de su pareja, y por crear el efecto "Bullet Time" (no, no lo inventaron los Wachowski en Matrix) que desarrolla en un spot para Smirnoff y más tarde en un videoclip para The Rolling Stones.

Estaba claro que tanta creatividad tenía que desembocar en un largometraje (aunque primero experimentó con diversos cortometrajes, ninguno especialmente reseñable) que vino auspiciado por su gran amigo Spike Jonze y por unos de los guionistas más imaginativos e imprevisibles que ha dado el cine moderno, Charlie Kaufman.




Human Nature (2001) significó su decepcionante debut en el mundo del cine. Gondry construye logradas setpieces pero falla al no conseguir un resultado más homogéneo (hay escenas que parecen extraídas directamente del videoclip "Human Behaviour" de Björk), notándose demasiado que aún no controla el formato largo.
El guión de Kaufman (en su peor escrito hasta la fecha) tampoco ayuda. Cuenta con un original punto de partida pero va perdiendo fuelle a medida que avanza el filme, dejándose engullir por sus estrambóticos personajes y desembocando en un incoherente final.

Aún así, la historia de un científico traumatizado por sus padres, virgen a los 35, medio cegato y con micropene (Tim Robbins), de una mujer ultrapeluda que decide vivir libremente (y desnuda) en la selva hasta que sus ardores sexuales se lo impiden y que se convierte en una escritora de éxito (Patricia Arquette), y de un hombre que se cree un simio porque su padre, un enfermo mental, lo crió como tal y que vive en la selva hasta que los dos anteriores se lo encuentran (Rhys Ifans), es digna de verse aunque sólo sea por ver las interpretaciones que realiza un reparto sin complejos y completamente entregado a la película.

Tres años después llegó su consagración cinematográfica, una obra maestra absoluta que dejó boquiabiertos a la gran mayoría, desconocedores del talento de este genio francés, y que se convirtió en la mejor película del 2004 (con perdón de 2046 de Wong kar-Wai).




Dicha obra se llamó "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" (en España la titularon con el horrible nombre, ¡Olvídate de mi!) que contaba de nuevo con un guión de Charlie Kaufman (diametralmente opuesto en calidad a su anterior trabajo juntos) y que mezclaba habilmente una realista (y muy bonita) historia de (des)amor con elementos fantásticos y de ciencia ficción.

El mundo creativo de Michel Gondry se funde a la perfección con la onírica odisea de Joel Barrish (Jim Carrey), un hombre que lucha en sueños contra la máquina que pretende borrar de sus memoria a Clementine (Kate Winslett), el gran amor de su vida.
Ambos protagonistas están espléndidos (en especial un Carrey en estado de gracia que soporta el peso del relato) aunque se debe nombrar también a Tom Wilkinson, Kirsten Dunst, Mark Ruffalo y Elijah Wood, apoyados todos ellos por el libreto de Kaufman que sabe estar a la altura en todo momento (parecía imposible que este autor supiese como terminar alguno de los filmes que escribe) y que nos depara alguno de los momentos más fantásticos vistos en una pantalla en mucho tiempo (Joel y Clementine tumbados sobre el hielo, el virtuosismo visual durante las transiciones entre los diferentes recuerdos, etc.). Una película para redescubrir a cada nuevo visionado y de recuerdo imborrable.




Y si su obra, hasta el momento, parece ejemplar, no parece que nada vaya a cambiar en un futuro próximo. En su horizonte más cercano, aparecen tres nuevas propuestas, "The Science of Sleep" que presentó en Sundance y Berlín con un Gael García Bernal que comprueba como los personajes de sus sueños comienzan a apoderarse de su realidad, "Dave Chappelle's Block Party", una sucesión de sketches de Dave Chappelle que homenajean el documental musical "Wattstax" (1973) y "Master of Space and Time", sobre dos científicos (uno de ellos, Jack Black) que descubren la manera de controlar la realidad. Tres nuevos proyectos que reinciden en las obsesiones conocidas de su autor, es decir, las fantasías oníricas y la música que servirán para consagrar, ahora que todos conocen quien es, a su brillante creador, Michel Gondry.





Sergio Herrada Ruiz