13 febrero 2006

RECONSTRUCTION (Christoffer Boe, 2003)



Uno de los problemas que tiene el cine romántico actual es su incapacidad para sorprender o mostrar una historia de amor de manera realista sin dejarse llevar por tópicos ni por caminos trillados. Y es ahí donde radica uno de los mayores aciertos (y son muchos) con los que cuenta esta pequeña y casi desconocida joya del cine moderno (y aunque inscribirla dentro de dicho género sea quizás un error), pero no nos avancemos, cuando se habla de un enamoramiento es mejor empezar por el principio...




Alex (Nicolaj Lie Kaas) y Aimee (Marie Bonnevie) todavía no se conocen pero están destinados a enamorarse. Ambos tienen pareja, Aimee está casada con un escritor maduro, August (Krister Henriksson, haciendo funciones también de narrador de la película), incapaz de satisfacerla ni de mostrarle su amor y Alex sale con Simone (otra vez Marie Bonnevie), cuya relación tampoco pasa por su mejor momento, más por culpa de Alex que por Simone.
Una noche, se encuentran en una estación de metro y surge la magia. Alex sigue a Aimee hasta un bar donde flirtean y acaban pasando la noche juntos, a partir de ahí todo será difente para los dos. El flechazo ha sido instantáneo y ambos son conscientes de ello, por lo que deciden quedar de nuevo y no dejar pasar esta nueva oportunidad que la vida les depara. Pero antes, Alex deberá hacer frente a sus propios miedos...




Pocas películas ilustran tan bien lo que significa enamorarse, como este hecho cambia nuestra vida diaria, nuestra manera de relacionarnos para con los demás y como nos cambia por dentro. Alex, al igual que el personaje de August, es un artista (en este caso, fotógrafo) con graves problemas de relación cuando se trata del amor. Si August es incapaz de mostrar sus sentimientos a los demás, Alex sufre un miedo atroz al enamoramiento y al compromiso en si mismo, es por eso que para él, el hecho de enamorarse de Aimee, resulte tan traumático (en contraposición a la de ella, mucho más resuelta y decidida ante el cambio). Cuando Alex regresa a su casa después de haber pasado toda la noche en el hotel, todo su mundo físico ha cambiado (posiblemente como respuesta al cambio interior que el teme reconocer). Su casa ha desaparecido, sus cuñados no le reconocen, de hecho ni siquiera su propia novia lo hace. En su nuevo mundo, la única persona que le recuerda es Aimee (de la misma manera que cuando te enamoras, focalizamos toda nuestra atención en la persona amada y todo parece girar alrededor de ella).
Aún así, Alex es incapaz de lanzarse ante el amor, tiene miedo, duda y, como resultado de todo esto, Aimee también desaparece. Alex quedará (para siempre) perdido y solo en un mundo en el que nadie le recuerda.




La película cuenta con una interesante estructura dramática que además de realzar su argumento, le da una nueva lectura.
Por un lado tenemos a dos parejas que son un espejo la una de la otra (artista con problemas afectivos él, amante entregada ella) que parecen buscar volver a empezar de nuevo su relación pero, ante la incapacidad de hacerlo con su pareja, lo hacen con alguien similar (el hecho de que ambos personajes femeninos estén interpretados por la misma actriz apoya dicha teoría), de tal manera que acabará igualmente mal.
Pero lo que realmente cambia la visión de la película es el hecho de que toda ella esté narrada por August que, recordemos, es escritor. Absolutamente todo el filme está explicado desde su punto de vista. Es más, parece formar parte del argumento de la novela que está escribiendo (al inicio de la obra ya nos dejan claro que aunque duela, estamos visionando una ficción), quizás producido por su sentimiento de culpa por ser un mal marido y ante las sospechas de infidelidad que tiene de su mujer.
Es por ello que ambas relaciones se asemejan (con los mismo fallos conductuales además), una es la pareja real y la otra, la literaria. Por eso August no le permite al final a Alex ser feliz con Aimee, porque (por mucho que él sea inacapaz de verbalizarlo) la ama y no tolera que, en la ficción, ella se vaya con su amante, al que castiga con la soledad más absoluta y eterna.




En definitiva, una de las propuestas más interesantes y atractivas que ha dado el cine danés en mucho tiempo y que convirtió a Christoffer Boe en alguien a tener muy en cuenta (cosa que confirmó con su siguiente propuesta, Allegro).


Sergio Herrada Ruiz


Nos leemos

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene muy muy buena pinta... Sin duda que me la bajo... Pronto tendrás una opinión...

Sergio Herrada Ruiz dijo...

Ahí, ahí... ;)


Nos leemos

Anónimo dijo...

Yey! Mientras me aburría en clase he mirado el mail y he topado con esta web. :) Brutal, me acabo de leer todas las críticas. Y joder como has resumidos la mitad de temporadas de x-files, a ver como resumes el final. John, me han dado ganas de ver reconstruction

Anónimo dijo...

Yo, igual que Zé, estoy en ello ;)

Caperucita Rusa dijo...

Es una pena que una peli tan buena como Reconstruction se quede como una pequeña joyita que pocos hemos podido disfrutar, porque como dices, es una vuelta de tuerca al cine romántico con una elegancia inusual. Enamora nada más verla.

Anónimo dijo...

Hola, soy del foro abandomoviez y te felicito por tu blog. Está estupendo! El mío es una mierdecilla aún...muy verde.Espero mejorarlo en los próximos días o meses.Cuando tenga tiempo!:)